Los trabajadores de cultura (o culturas) no puede(n) estar ajeno(s) a las tensiones que se viven en el continente por la aceleración del capitalismo financiero post pandemia que necesita de gobiernos afines para seguir explotando los recursos naturales y humanos.
En ese sentido, en esta América en disputa, es necesario tomar posición en los debates políticos e ideológicos frente a una derecha que avanza con metodologías cada vez más radicalizadas y violentas, desde las fake news y operaciones de prensa difundidas por los medios de comunicación hegemónicos, los ataques de las granjas de trolls y bops en las redes sociales, como ocurrió con la investigación sobre la reacción conservadora de un grupo de periodistas publicado en el diario Tiempo Argentino y cuyo sitio virtual www.reaccionconservadora.net fue levantado, y ningún dirigente ni institución periodística que responde a la derecha neoliberal repudió la vulneración de la libertad de expresión.
Por eso, ante la situación que vive el país y Latinoamérica, con la incursión del partido de extrema derecha española, Vox, articulando con las fuerzas políticas locales, es que ante el arribo de Patricia Bullrich a la provincia de La Pampa, con sus antecedentes antidemocráticos y, además, partícipe del gobierno de la Alianza que ajustó sin lástima las jubilaciones de nuestros abuelos y abuelas; y que ahora está subida a una caravana fascista de cara a las elecciones legislativas del 14 de noviembre, ante las que la exministra de Seguridad macrista se ha convertido en la vocera más activa y virulenta de la derecha, con mentiras y tergiversaciones que lesionan la democracia.
Por lo tanto, manifestamos nuestro repudio a su figura. Bullrich es para el campo popular sinónimo de un código represivo, promotora del odio racial contra la Nación Mapuche y su criminalización en la Patagonia, no olvidamos la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado, la muerte de Rafael Nahuel por la espalda, la represión en el congreso a la clase trabajadora. Bullrich es Taser, gatillo fácil, represión, xenofobia, Chocobar, y el envío de armas a Bolivia.
No podemos guardar silencio por la memoria de los compañeros y compañeras desaparecidas, por los años de lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo, y por la persecución, censura, tortura a los y las artistas de nuestra provincia en la última dictadura cívico-militar-eclesiástica-comunicacional.
Asociación Pampeana de Escritorxs (APE)
Asociación Coral de La Pampa
Movimiento Popular Pampeano de Derechos Humanos
Desayunador de Villa Germinal
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