La inflación de julio en Argentina se aceleró respecto del mes anterior y se ubicó en 1,9%, según informó el INDEC, superando levemente las proyecciones del mercado que rondaban el 1,8%. Aunque el dato marca el segundo mes consecutivo de suba, el índice núcleo –que excluye precios estacionales y regulados– descendió a 1,5%, su menor nivel desde noviembre de 2017.
Sin embargo, el dato oficial convive con una discusión latente: el impacto de la volatilidad del dólar en los precios y la percepción ciudadana sobre una “inflación real” que podría ser mayor. La suba de la cotización de la divisa durante el mes –tras el desarme de instrumentos financieros y la inestabilidad cambiaria– encendió alertas sobre posibles ajustes que no se reflejaron plenamente en la medición oficial.
Vacaciones de invierno y aumentos puntuales
El rubro con mayor incremento fue “Recreación y cultura” (+4,8%), impulsado por el receso invernal, seguido por Transporte (+2,8%) debido a subas en el transporte público. Alimentos y bebidas, la categoría de mayor peso en el índice, avanzó 1,9%, con alzas en verduras, carnes, panificados y cereales.
Por el contrario, las menores variaciones correspondieron a Bebidas alcohólicas y tabaco (+0,6%) e Indumentaria (-0,9%).
Perspectivas y limitaciones
Pese a la volatilidad cambiaria, economistas coinciden en que el “pass-through” –el traslado del aumento del dólar a los precios– fue limitado en julio. Rocío Bisang (Eco Go) señaló que la inflación estuvo sostenida por factores estacionales y regulados, pero la núcleo se desaceleró por la debilidad del poder adquisitivo y la apertura de importaciones.
En la misma línea, Tobias Pejkovich Balbiani (Facimex) destacó que la inflación promedio de los últimos tres meses fue de 1,7%, equivalente a un 22% anualizado, el ritmo más bajo desde fines de 2017.
No obstante, la percepción social difiere: el incremento del dólar genera expectativas de nuevas remarcaciones que podrían materializarse en agosto o septiembre, alejando la calma inflacionaria que reflejan las estadísticas recientes.
Lo que viene
Para agosto, las proyecciones oscilan en torno al 2%, con la clave puesta en el manejo de la liquidez por parte del Banco Central y en la capacidad del Tesoro para absorber pesos en las licitaciones de deuda. La incógnita es si la estabilidad aparente de la inflación se sostendrá o si el tipo de cambio terminará forzando una corrección más brusca en los precios.
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