La Libertad Avanza se consolida como la primera minoría en la Cámara de Diputados tras las elecciones legislativas, pero deberá tejer acuerdos con bloques aliados si quiere avanzar con las leyes clave del Gobierno. Con el respaldo del PRO, el oficialismo alcanzará 110 bancas, lejos aún del número mágico de 129 que garantiza el quórum.
El espacio libertario fue el gran ganador de la jornada electoral. Pese a que era la fuerza con menos bancas en juego —solo ocho de sus 37—, logró fortalecer su posición en el Congreso y ampliar su base de apoyo con la incorporación formal del PRO y de los llamados “radicales con peluca”.
Sin embargo, el panorama legislativo que se abre a partir de diciembre seguirá siendo de negociación. Para aprobar reformas estructurales, el oficialismo deberá sumar el acompañamiento de bloques dialoguistas como Innovación Federal (con entre siete y ocho diputados), Producción y Trabajo (tres bancas) e Independencia (otros tres legisladores).
Desde el búnker de campaña, Javier Milei reconoció esa necesidad de consenso y volvió a tender puentes hacia los mandatarios provinciales. “Queremos invitar a la gran mayoría de los gobernadores que tendrán representación parlamentaria a discutir acuerdos”, señaló tras celebrar los resultados.
Del otro lado del tablero, el peronismo retendrá un bloque de 97 diputados, lo que lo mantiene como actor central en la dinámica parlamentaria y le garantiza influencia en la distribución de cargos dentro de las comisiones estratégicas.
Todo apunta a que el Congreso que se conforme en diciembre mostrará una nueva correlación de fuerzas: menos bloques, más interbloques y una polarización más marcada entre oficialismo y oposición. Aunque sin mayoría propia, el Gobierno contará con un escenario más favorable para negociar y avanzar con parte de su agenda política y económica.
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