El Riesgo País perforó la barrera de los 600 puntos básicos y cerró en 599 unidades, su nivel más bajo desde enero. Los números entusiasman a los mercados, pero la realidad de la economía argentina sigue lejos de acompañar esa euforia financiera.
El descenso del indicador que elabora JP Morgan es consecuencia directa del “rally” alcista de bonos y acciones que comenzó después de la victoria electoral de La Libertad Avanza en las legislativas. Desde entonces, las expectativas se inflaron en torno a una supuesta “normalización” económica que, por ahora, sólo se percibe en los gráficos bursátiles y no en la vida cotidiana.
Mientras las acciones tuvieron su mejor octubre en tres décadas y los bonos subieron más de un punto, el país real continúa enfrentando recesión, caída del consumo y una inflación que, si bien desacelera, no deja de corroer ingresos.
Los motivos detrás del descenso
Entre las razones técnicas que explican la baja del Riesgo País figura el plan de recompra de bonos anunciado antes de las elecciones, bajo el título “Deuda por Educación”, impulsado por el entonces secretario de Finanzas Pablo Quirno —hoy canciller— y reafirmado por el ministro Luis Caputo en su paso por Estados Unidos.
También influyó el apoyo financiero norteamericano y los acuerdos comerciales que el Gobierno promete concretar “en breve”. Sin embargo, detrás de ese entusiasmo oficial, los analistas advierten que la mejora responde más a factores especulativos que a cambios estructurales.
“Hay una reacción favorable del mercado, pero no necesariamente una señal de solidez económica”, advirtió el economista Marcelo Elizondo.
Una calma frágil
Los especialistas coinciden en que, si bien el Riesgo País podría acercarse a los 500 puntos, eso dependerá de la capacidad del Ejecutivo para construir consensos y avanzar con las leyes clave: Presupuesto, reforma tributaria y reforma laboral. Un terreno político que se anticipa turbulento.
El optimismo financiero convive con un panorama interno más incierto. La producción industrial sigue en baja, las provincias enfrentan recortes y el consumo se contrae mes a mes. En ese marco, los indicadores positivos de los mercados parecen más un reflejo de confianza externa que de estabilidad real.
Mercados en alza, economía en pausa
El S&P Merval subió un 3,05% en la jornada —aunque medido en dólares cayó 2,2%—, y los bonos soberanos mostraron leves avances, con el AL30 y el AL35 subiendo 1,49% y 2,13% respectivamente.
El dólar oficial se mantuvo estable en $1.445, mientras el blue cerró a $1.425, con una leve suba. Los tipos de cambio financieros apenas variaron.
Los números cierran en verde, pero el trasfondo sigue teñido de gris. Con un mercado que festeja y una economía real que se enfría, el país parece oscilar entre la ilusión del rebote y la persistencia del estancamiento.
Porque si algo enseñó la historia reciente, es que en Argentina el optimismo financiero rara vez se traduce en bienestar social.
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